Buenas tardes mis niños, hoy leeremos el siguiente cuento ya que lo analizaremos y trabajaremos con el en la sesion del día de mañana.
Mamá tiene poderes
Había una vez un niño llamado Roberto, él era delgado, espigado y con su cabello lacio y muy negro. Un día, platicando con sus amigos les dijo:
–Mi mamá tiene superpoderes. Estoy seguro que cuando mi mamá era niña, le picó un insecto radioactivo o sufrió una descarga de rayos gamma o alguna de esas cosas extrañas que les pasa a las personas y se transforman en superhéroes. Si se convierte en superhéroe, de pronto se vuelve superelástico, veloz o puede mover una montaña con la puntita del dedo meñique, y sin nada de esfuerzo.
Todos se rieron, pues conocían a su mamá, era una mujer alta, delgada, con su cabello hasta los hombros de color café y que sonreía amablemente cuando se encontraban en su casa y les llevaba galletas para merendar. Pero Beto, seguía con su plática, ante la mirada absorta de Carlos, quien pensaba en su propia madre.
Una de las habilidades que tiene mi mamá es leer la mente. Los superhéroes usan ese poder para detectar a los criminales; por ejemplo, descubren si un maloso escondió una bomba y no quiere decir dónde. Mi mamá lee la mente, aunque usa ese poder para algo más práctico.
–Beto, ¿ya hiciste la tarea? –me pregunta cuando ve que estoy a punto de salir al parque con la bici.
–Ajá –digo muy serio.
Entonces ella me mira a los ojos, usa su poder, entra a mi cerebro, lo remueve y ¡zas! Dos segundos después, lanza un suspiro y dice: –Ve ahora mismo a hacer la tarea, y cuando salgas ponte las rodilleras y el casco, y no me veas así… Estás pensando que soy una exagerada.
¿Cómo sabe todo eso? Un misterio. Sólo es posible si lee mi mente.
Jaime Alfonso Sandoval
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